Estudios científicos
Association between alcohol consumption and all-cause mortality, cardiovascular disease, and chronic kidney disease: A prospective cohort study.
Abstract:
In recent years, significant progress has been achieved in comprehending the impact of alcohol consumption on adverse health outcomes. However, the quality of evidence remains limited. Our objective was to conduct a prospective study examining the relationship between different types of alcoholic beverages and the risk of all-cause mortality, cardiovascular disease (CVD), and chronic kidney disease (CKD), and identifying the thresholds of safe dose stratified by sex using data from the UK Biobank. 502,490 participants were enrolled. These participants were initially registered between 2006 and 2010, and underwent reassessment between 2012 and 2013. All participants completed a detailed questionnaire on their alcohol consumption, including total alcohol consumption yesterday, weekly consumption of red wine, champagne plus white wine, beer, spirits, and fortified wine. All-cause mortality and the incidence of CVD and CKD were considered as the primary outcomes. 2852 participants reported CKD during a median follow-up period of 11.94 years, while 79,958 participants reported CVD over a median follow-up period of 11.35 years. Additionally, 18,923 participants died over a median follow-up period of 11.89 years. After adjusting for variables such as age, sex, education level, smoking status, diet score, and exercise score, total alcohol consumption showed a U-shaped relationship with the risk of CVD and all-cause mortality, but showed an inverse association with the risk of CKD. Upon further classification of alcoholic beverages, our analysis revealed that red wine, champagne plus white wine, beer, spirits, and fortified wine presented a U-shaped relationship with the risk of all-cause mortality and CKD. However, spirits were positively associated with the risk of CVD, only red wine, champagne plus white wine, beer, and fortified wine showed a U-shaped relationship with the risk of CVD. The safe doses of total alcohol consumption should be < 11 g/d for males and < 10 for females, red wine consumption should be < 7 glasses/week for males and < 6 for females, champagne plus white wine consumption should be < 5 glasses/week, and fortified wine consumption should be < 4 glasses/week. Red wine, champagne plus white wine, beer, and fortified wine below the corresponding thresholds of safe dose in our analysis were significantly associated with a lower risk of all-cause mortality, CVD, and CKD. And these alcoholic beverages under safe doses exhibited a protective effect against conditions like diabetes, depression, dementia, epilepsy, liver cirrhosis, and other digestive diseases, while didn’t increase the risk of cancer.
Comentarios divulgativos:
Este nuevo estudio observacional analiza, para hombres y mujeres por separado, cómo influye en el riesgo de mortalidad, en el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular o una enfermedad renal crónica la cantidad de alcohol consumida y el tipo concreto de bebida elegida; vino tinto, vino blanco/vino espumoso, cerveza, vino fortificado o bebidas destiladas, y trata de identificar cual sería un nivel de consumo “seguro” y cómo se asociaría con el riesgo de desarrollar otras enfermedades como la diabetes, la depresión o el cáncer, entre otras.
Este es un estudio observacional que ha utilizado datos de aproximadamente 500.000 personas de Reino Unido a las que se ha seguido durante 11-12 años para analizar cómo evolucionaba su salud. En este tiempo 2.852 participantes desarrollaron una enfermedad renal crónica, 79.958 participantes desarrollaron una enfermedad cardiovascular y 18.923 participantes murieron.
Cuando sólo se tenía en cuenta el sexo y la cantidad de alcohol consumida este trabajo encontró que el consumo ligero-moderado (0-15 gramos al día en el caso de las mujeres, es decir, menos de 2 copas de vino, 0-30 gramos al día en el caso de los hombres, menos de 3 copas de vino) se asociaba con una probabilidad menor de mortalidad por todas las causas o de desarrollar una enfermedad cardiovascular, en comparación con las personas abstemias o que bebían cantidades más elevadas. Y que la probabilidad de desarrollar una enfermedad renal crónica era menor entre los bebedores.
Cuando además del sexo y la cantidad, también se tuvo en cuenta el tipo de bebida consumida se observó que las personas que tenían un consumo bajo-moderado de vino tinto, vino blanco/espumoso o vino fortificado tenían el riesgo más bajo de mortalidad por todas las causas y de enfermedad renal crónica, en comparación con las personas abstemias o que bebían cantidades más elevadas. En el caso de la enfermedad cardiovascular, consumir pequeñas cantidades de vino tinto, vino blanco/espumoso y vino fortificado se asociaba con una reducción de las probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular.
En base a los resultados anteriores, los investigadores extrajeron los siguientes límites o umbrales de consumo, que representaban el riesgo más bajo de mortalidad, o de desarrollar enfermedad cardiovascular o una enfermedad renal crónica.
- Consumo total de alcohol: ≤11 g/día para los hombres y ≤10 g/día para las mujeres
- Consumo de vino tinto: ≤7 copas/semana para los hombres y ≤6 para las mujeres
- Consumo de vino espumoso/vino blanco: ≤5 copas/semana para hombres y mujeres
- Consumo de vino fortificado: ≤4 copas/semana para hombres y mujeres
Además, el estudio encontró una asociación entre no superar esos límites de consumo y un menor riesgo de otras enfermedades como la diabetes, la depresión, la demencia, la epilepsia, la cirrosis hepática y otras enfermedades digestivas, y no se observó que estos niveles de consumo se asociaran con un incremento estadísticamente significativo del riesgo de cáncer.
Los resultados derivados de esta investigación sugieren que cuando se trata del impacto en la salud del consumo, es importante considerar estos factores:
- el sexo del consumidor
- la cantidad ingerida
- el tipo concreto de bebida consumida
El consumo ligero de vino no se asociaba con un incremento del riesgo de mortalidad, de enfermedad cardiovascular o de enfermedad renal crónica.
Los resultados sugieren que tanto hombres como mujeres, en caso de optar por consumir, deberían moderar su consumo.
No obstante, cabe señalar que el hecho de que el estudio sea observacional implica que, aunque permite analizar si hay relación entre los aspectos estudiados, no permite conocer si esa relación es causal, pues podría haber otros factores no controlados que también sean responsables de los resultados observados.
Esta investigación destaca por: incluir datos de un número elevado de participantes, analizar los resultados de hombres y mujeres por separado, analizar los resultados de diferentes bebidas por separado y en conjunto, analizar cómo influyen los resultados en otros parámetros de salud relevantes como el cáncer y por tener en cuenta variables de confusión relacionadas con el estilo de vida, como la dieta o el nivel de actividad física.
Esta investigación presenta las siguientes limitaciones: es un estudio observacional que no permite establecer conclusiones de tipo causa-efecto, los datos utilizados son autoinformados y no es posible confirmar su veracidad; ya que a menudo se tiende a subestimar el consumo, la mayoría de los participantes son de etnia blanca; así que los resultados podrían no ser generalizables a otras etnias, para establecer los umbrales/límites de consumo no se han tenido en cuenta otras enfermedades, ni se analizado cómo influiría excluir a los exbebedores, se excluyó del análisis inicial a los participantes que ya tenían otras enfermedades al inicio del estudio, no se evalúa cómo influye la evolución del consumo durante el estudio.
Se identifican importantes errores de formato que dificultan la comprensión del trabajo, como, por ejemplo, no indicar las unidades en la figura 1.