Estudios científicos

Consumption of Red Versus White Wine and Cancer Risk: A Meta-Analysis of Observational Studies.

Abstract:

Background/objectives: While alcoholic beverage consumption increases cancer risk, red wine has been touted as a healthier option. To address this unexplored question, we conducted a meta-analysis to summarize evidence from observational studies.

Methods: A literature search of PubMed and EMBASE through December 2023 identified studies examining wine and cancer risk. A random-effects meta-analysis was performed to estimate relative risks (RRs) and 95% confidence intervals (CIs) for an association between wine intake and overall cancer risk.

Results: A total of 20 cohort and 22 case-control studies were included. Wine intake was not associated with overall cancer risk (n = 95,923) when comparing the highest vs. lowest levels of consumption, with no differences observed by wine type (red: summary RR = 0.98 [95% CI = 0.87, 1.10], white: 1.00 [0.91, 1.10]; Pdifference = 0.74). However, white wine intake was significantly associated with an increased risk of cancer among women (white: 1.26 [1.05, 1.52], red: 0.91 [95% CI: 0.72, 1.16], Pdifference = 0.03) and in analyses restricted to cohort studies (white: 1.12 [1.03, 1.22], red: 1.02 [95% CI: 0.96, 1.09], Pdifference = 0.02). For individual cancer sites, there was a significant difference in associations between red and white wine intake only in skin cancer risk [6 studies, white: 1.22 (1.14, 1.30), red: 1.02 (0.95, 1.09); Pdifference = 0.0003].

Conclusions: We found no differences in the association between red or white wine consumption and overall cancer risk, challenging the common belief that red wine is healthier than white wine. Our significant results related to white wine intake in subgroup analyses warrant further investigation.

Comentarios divulgativos:

Esta revisión sistemática y metanálisis recopila los estudios observacionales realizados hasta la fecha que evalúan la relación entre el consumo de vino tinto y vino blanco y el riesgo de cáncer, con el objetivo de conocer si hay diferencias según el tipo de vino consumido: blanco vs tinto.

Para realizar el análisis, se consideraron los resultados de 42 estudios: 20 estudios de cohortes y 22 estudios de casos y controles, que incluían datos de un total de 95.923 casos de cáncer.

La conclusión principal de este trabajo, basada en los resultados de 42 estudios observacionales, fue que el consumo de vino no se asociaba con un riesgo mayor o menor de cáncer en general y no se observaban diferencias estadísticamente significativas cuando se comparaba el consumo de vino blanco y el consumo de vino tinto.

Sin embargo, este trabajo también encontró que podían existir diferencias en los resultados en función del sexo, el tipo de diseño experimental, la dosis, y el tipo concreto de cáncer. De modo que, en el caso de las mujeres, en los estudios de cohortes y en el caso del cáncer de piel, el consumo de vino blanco parecía estar asociado con un riesgo mayor, en comparación con el vino tinto cuya asociación era nula.

Además, también se observó una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de vino blanco, un mayor riesgo de cáncer de mama y un menor riesgo de cáncer renal/tracto urinario, no obstante, este resultado no era estadísticamente diferente cuando se comparaba con los resultados que evaluaban el vino tinto.

Resultados principales:

Cuando se tenían en cuenta todos los resultados disponibles, ni un mayor consumo de vino tinto ni un mayor consumo de vino blanco se asociaba con un mayor o menor riesgo de cáncer (riesgo relativo (RR) para el vino blanco [1,00 (IC 95% 0,91, 1,10] y para el tinto [0,98 (0,87, 1,10)]). Cabe señalar que el nivel de heterogeneidad de estos estudios era moderado (I2 60%) y se observó un posible sesgo de publicación que cuando se consideraba daba lugar a un incremento del riesgo tanto para el vino tinto [1,00 (0,91, 1,09)] como el blanco 1,13 [1,03, 1,24].

El trabajo también realizó un estudio de dosis-respuesta que incluía datos de quince estudios, en su mayoría de casos y controles, que encontró una asociación con un mayor riesgo de cáncer [1,05 (1,03, 1,08)] por cada incremento del consumo de vino en 10 gramos/día, no obstante, este resultado era nulo cuando se analizaba exclusivamente el consumo de vino blanco y cuándo sólo se tenían en cuenta estudios de cohortes.

El análisis de subgrupos obtuvo los siguientes resultados:

En el caso de las mujeres (pero no en los hombres), se observó una asociación estadísticamente significativa entre un mayor consumo de vino blanco y un mayor riesgo de cáncer. Este resultado era estadísticamente diferente al observado en el caso del vino tinto, donde no se encontró una asociación estadísticamente significativa. Resultados, en mujeres: riesgo de cáncer y vino blanco: 1,26 (1,05, 1,52), vino tinto: 0,91 (0,72, 1,16).

Según el tipo de cáncer, se observó una asociación estadísticamente significativa entre un mayor consumo de vino blanco y un mayor riesgo de cáncer de piel [1,22 (1,14, 1,30)] y cáncer de mama [1,12 (1,05, 1,20)], y un menor riesgo de cáncer renal/tracto urinario [0,67 (0,49, 0,92)]. Mientras que los resultados no fueron estadísticamente significativos para el vino tinto. En el caso del cáncer de piel el resultado era estadísticamente diferente del obtenido para el vino tinto.

Mientras que no se observó una asociación estadísticamente significativa entre un mayor consumo de vino blanco o tinto y el riesgo de cáncer de ovario, próstata, pulmón y colon/recto.

Según el diseño experimental, en estudios de cohortes se observó una asociación estadísticamente significativa entre un mayor consumo de vino blanco y un mayor riesgo de cáncer (1,12 (1,03, 1,22). Este resultado era estadísticamente diferente que en el caso del vino tinto, cuando los resultados no eran estadísticamente significativos 1,02 (0,96, 1,09).

Se debe tener en cuenta que estos resultados proceden de estudios observacionales, este diseño experimental limita la posibilidad de obtener conclusiones de tipo causa-efecto. Estos resultados justifican la realización de futuras investigaciones que permitan comprender los posibles mecanismos que expliquen los resultados observados.