Estudios científicos

Deciphering the Interplay between Genetic Risk Scores and Lifestyle Factors on Individual Obesity Predisposition

Abstract:

Obesity’s variability is significantly influenced by the interplay between genetic and environmental factors. We aimed to integrate the combined impact of genetic risk score (GRSBMI) with physical activity (PA), sugar-sweetened beverages (SSB), wine intake, and eating habits score (EHS) on obesity predisposition risk. Adults’ (n = 5824) data were analyzed for common obesity-related single nucleotide polymorphisms and lifestyle habits. The weighted GRSBMI was constructed and categorized into quartiles (Qs), and the adjusted multivariate logistic regression models examined the association of GRSBMI with obesity (BMI ≥ 30) and lifestyle factors. GRSBMI was significantly associated with obesity risk. Each GRSBMI unit was associated with an increase of 3.06 BMI units (p ≤ 0.0001). PA markedly reduced obesity risk across GRSBMI Qs. Inactive participants’ (≥90 min/week) mean BMI was higher in GRSBMI Q3–Q4 compared to Q1 (p = 0.003 and p < 0.001, respectively). Scoring EHS ≥ median, SSBs (≥1 cup/day), and non-wine drinking were associated with higher BMI within all GRSBMI Qs compared to EHS < median, non-SSBs, and non-wine drinkers. Mean BMI was higher in GRSBMI Q4 compared to other quartiles (p < 0.0001) in non-wine drinkers and compared to Q1 for SSB’s consumers (p = 0.07). A higher GRSBMI augmented the impact of lifestyle factors on obesity. The interplay between GRSBMI and modifiable lifestyle factors provides a tailored personalized prevention and treatment for obesity management.

Comentarios divulgativos:

Esta investigación analiza la relación entre la predisposición a la obesidad, la genética y el estilo de vida, prestando especial atención al impacto de la actividad física y la alimentación, incluido el consumo de bebidas azucaradas, el consumo de vino y los hábitos alimentarios en general. Los resultados indican que el estilo de vida tiene un papel crítico en el desarrollo de la obesidad, especialmente en aquellos grupos poblacionales predispuestos genéticamente a su desarrollo.

Este estudio observacional analizó datos genéticos (SNP), de índice de masa corporal (IMC) y de estilo de vida de 5.824 adultos israelís y evaluó su relación con la obesidad. El estudio identificó variables genéticas asociadas con un IMC más elevado y un mayor riesgo de obesidad. Se encontró que el riesgo de obesidad parecía ser mayor a medida que aumentaba el número de variantes genéticas asociadas que presentaba un individuo. Y se observó una importante interacción entre el riesgo genético y los factores de riesgo ambientales: sedentarismo, consumo de bebidas azucaradas y malos hábitos alimentarios. Mientras que el consumo moderado de vino se asociaba inversamente con el riesgo genético de obesidad, en comparación con los no bebedores. Lo que sugiere que el consumo moderado de vino podría mitigar el impacto del riesgo genético en el IMC, particularmente en aquellos con una mayor predisposición genética. No obstante, estos resultados no deben interpretarse como una relación causal.

Aunque la evidencia actual es limitada y son necesarias más investigaciones al respecto disponer de este tipo de información podría ayudar a establecer estrategias personalizadas para la prevención temprana y el control de la obesidad y sus comorbilidades.