Estudios científicos

Alcohol Consumption and Risk of Dementia and Cognitive Decline Among Older Adults With or Without Mild Cognitive Impairment

Abstract:

IMPORTANCE:
Substantial heterogeneity and uncertainty exist in the observed associations between alcohol consumption and dementia.
OBJECTIVE:
To assess the association between alcohol consumption and dementia and the roles of mild cognitive impairment (MCI) and apolipoprotein E ε4 (APOE E4) genotype in modifying this association.
DESIGN, SETTING, AND PARTICIPANTS:
This cohort study used data from the Ginkgo Evaluation of Memory Study, conducted from 2000 to 2008 among US community-dwelling participants. This study analyzed 3021 participants aged 72 years and older who were free of dementia. Data analysis was performed from 2017 to 2018.
EXPOSURES:
Self-reported alcohol consumption, drinking frequency, and quantity.
MAIN OUTCOMES AND MEASURES:
Using multivariable proportional hazards regression and linear mixed models, the risk of dementia and the rate of change over time in the Modified Mini-Mental State Examination were estimated.
RESULTS:
Among 3021 participants, the median (interquartile range) age was 78 (76-80) years; 1395 (46.2%) were female. During a median (interquartile range) follow-up of 6.0 (4.9-6.5) years, 512 cases of dementia occurred. For 7.1 to 14.0 drinks per week compared with less than 1.0 drink per week, the hazard ratios for dementia were 0.63 (95% CI, 0.38-1.06) among 2548 participants without MCI and 0.93 (95% CI, 0.47-1.84) among 473 participants with MCI. Among participants with MCI, the hazard ratio for dementia was 1.72 (95% CI, 0.87-3.40) for more than 14.0 drinks per week compared with less than 1.0 drink per week. The association of alcohol intake with dementia differed for participants with and without baseline MCI (P for interaction = .03). Among participants without MCI, daily low-quantity drinking was associated with lower dementia risk than infrequent higher-quantity drinking (hazard ratio, 0.45; 95% CI, 0.23-0.89; P = .02). Findings were consistent when stratified by sex, age, and APOE E4 genotype. Compared with drinking less than 1.0 drink per week, complete abstention (in participants without MCI) and the consumption of more than 14.0 drinks per week (in participants with MCI) were associated with lower Modified Mini-Mental State Examination scores (mean difference at follow-up compared with baseline, -0.46 point [95% CI, -0.87 to -0.04 point] and -3.51 points [95% CI, -5.75 to -1.27 points], respectively).
CONCLUSIONS AND RELEVANCE:
In this study, complete abstention and consuming more than 14.0 drinks per week (compared with drinking <1.0 drink per week) were associated with lower cognitive scores among participants aged 72 years and older. Particular caution is needed among individuals with MCI who continue to drink alcohol.

Comentarios divulgativos:

Los estudios observacionales realizados hasta el momento que analizan la relación entre el deterioro cognitivo y el consumo no han permitido obtener resultados concluyentes. En este estudio los investigadores evalúan de nuevo la asociación entre el consumo, el riesgo de demencia y el deterioro cognitivo leve, teniendo en cuenta variables genéticas que podrían estar modificando esta asociación (genotipo de la APOE E4).
El estudio analizó datos de una cohorte de 3 021 voluntarios sanos pertenecientes al Ginkgo Evaluation of Memory Study. Se trataba de población estadounidense de ente 76-80 años y el 46% de los participantes eran mujeres. Los voluntarios aportaron información sobre el modo de consumo (frecuencia y cantidad) y se evaluó su capacidad cognitiva y la incidencia de demencia utilizando los siguientes test: Modified Mini-Mental State Examination y the Clinical Dementia Rating scale, periódicamente.

Tras aproximadamente 6 años de seguimiento 512 participantes desarrollaron demencia. El análisis de los datos mostró que ni la edad, ni el sexo, ni el genotipo de APOE E4 parecían modificar la asociación entre consumo y la demencia o el deterioro cognitivo. Cuando se analizaba el riesgo de demencia o de deterioro cognitivo leve de los participantes con un consumo de 7-14 bebidas semanales versus el riesgo de aquellos que bebían menos de una bebida a la semana no se observaba una asociación clara [hazard ratio (HR): 0,63 (95% CI, 0,38-1,06] y 0.93 (95%CI, 0,47- 1,84), respectivamente]. Parecía existir una interacción estadísticamente significativa entre la presencia de un deterioro cognitivo leve al inicio del estudio, el consumo y el riesgo de demencia. En ausencia de deterioro cognitivo al inicio del estudio, un consumo bajo diario se asociaba a un menor riesgo de demencia cuando se comparaba con un consumo elevado, puntual (HR: 0,45; 95% CI, 0,23-0,89). Por otra parte, se observó que la puntuación obtenida en uno de los test cognitivos realizados era menor entre los abstemios y entre los que bebían más de 14 bebidas a la semana (consumo elevado) que la puntuación obtenida por aquellos que consumían menos de 1 bebida a la semana [-0,46 puntos (intevalo de confianza (IC) al 95%, -0,87 a -0.04 puntos) y -3,51 puntos (95% CI, -5,75 to -1,27 points), respectivamente].
De manera, que este estudio observó que el nivel de salud cognitiva al inicio del estudio, la dosis consumida y el patrón de consumo son variables asociadas con el riesgo de demencia. No presentar deterioro cognitivo al inicio del estudio y mantener un consumo diario bajo se asociaba con un menor riesgo de demencia que cuando el patrón de consumo era puntual y de cantidades superiores. Y cuando había signos de deterioro cognitivo al inicio del estudio y se consumía más de 14 bebidas a la semana parecía más probable desarrollar un menor rendimiento cognitivo, versus consumos bajos de menos de 1 bebida semanal. De modo que estos resultados indican el interés de conocer el patrón de consumo entre las personas mayores en relación a la salud cognitiva. No obstante, es importante tener en cuenta que pese a ser este un estudio de una alta calidad, no es posible establecer relaciones de causalidad a partir de estudios observacionales, y tener en cuenta que los datos utilizados en el análisis son autoreportados y que pertenecen a un grupo poblacional específico, población estadounidense anciana.