Estudios científicos

Examining Associations between Body Mass Index in 18⁻25 Year-Olds and Energy Intake from Alcohol: Findings from the Health Survey for England and the Scottish Health Survey

Abstract:

Evidence on the relationship between alcohol consumption and body mass index (BMI) is mixed, particularly for young adults. This study explored the relationship between energy obtained from alcoholic beverages and BMI using data for 18⁻25 year-olds (n = 7691) from pooled cross-sections of the 2008⁻2014 Health Survey for England and the Scottish Health Survey. Energy obtained from alcoholic beverages (excluding mixers) on the heaviest drinking day in the past week was expressed as percentage of total recommended dietary allowance (RDA) of energy (% RDA Energy). Linear regressions were estimated of BMI on alcohol intake categories controlling for intake frequency, physical activity, longstanding illness and other covariates, with separate analyses for men and women, and by beverage type. Significant associations with BMI were observed with the 'Very High' category of alcohol intake (>75% RDA Energy) for men (p < 0.001, 1.74, 95% confidence interval (CI) 0.98, 2.49) and with the "High" (>50% to 75% RDA Energy) (p < 0.001, 1.67, 95% CI 0.26, 2.58) and above category for women, when compared with the Low (>0⁻25% RDA Energy) category. Young adults drinking the highest levels of alcohol on a single occasion were more likely to be obese than those with the lowest intake. Interventions to address internationally rising youth obesity rates should also consider reducing alcohol consumption by increasing alcohol prices, and reducing availability and marketing exposure.

Comentarios divulgativos:

La relación entre el consumo de alcohol y el índice de masa corporal (IMC) es confusa, especialmente en el caso de los adultos. En este estudio los autores analizan la relación entre la energía obtenida a partir de las bebidas alcohólicas consumidas y el IMC de 7691 voluntarios de Reino Unido de entre 18 y 25 años.
Se estimó las kilocalorías consumidas a partir de bebidas alcohólicas durante la última semana, especificando el tipo de bebida y la cantidad consumida en la última ingesta relevante. A partir de esta información se calculó que porcentaje representaba de la cantidad diaria recomendada (CDR) y de la ingesta energética total. El análisis estadístico de los resultados mostró que existía un asociación entre el IMC y un consumo considerado como "muy alto" de alcohol (>75% de CDR de energía) en el caso de los hombres y entre el IMC y un consumo "alto" (>50% de la CDR de energía) en el caso de las mujeres, cuándo se comparaba con aquellos que consumían cantidades "bajas" de alcohol (>0-25% CDR de energía). Asimismo, aquellos voluntarios que consumían los mayores niveles de alcohol de forma puntual tenían una mayor probabilidad de ser obesos, que quienes consumían menores cantidades. Según el tipo de bebida consumida, se observó que en el caso de los hombres había una relación entre el IMC y el consumo de cerveza, licores y los denominados alcopops (bebidas alcohólicas embotelladas, similares a refrescos), y en el caso de las mujeres entre el IMC y el consumo de vino, licores y alcopops. Específicamente, en el caso de los hombres se relacionaba positivamente el IMC y un consumo "medio" de alcohol (25- 50% CDR de energía), mientras que en el caso de las mujeres esta asociación se daba cuando la ingesta era "alta" (>50% CDR de energía). De manera que sería de interés considerar a la hora de desarrollar estrategias dirigidas a la reducción de las tasas de obesidad el tipo de consumo de alcohol realizado por la población.