Estudios científicos

Role of phytochemicals as nutraceuticals for cognitive functions affected in ageing.

Abstract:

Cognitive decline can occur with normal ageing and in age-related brain disorders, such as mild cognitive impairment and dementia, including Alzheimer’s disease, with limited pharmacological therapies available. Other approaches to reduce cognitive decline are urgently needed, and so, the role of dietary interventions or nutraceuticals has received much attention in this respect. In this review, we examine the evidence for dietary plants and their chemical constituents as nutraceuticals, relevant to both cognitive decline in normal ageing and in dementia. Pharmacological (in vitro and in vivo), clinical and epidemiological evidence is assessed for both frequently consumed plants and their dietary forms, including tea, coffee, cocoa (chocolate), red wine, grapes, citrus and other fruits; in addition to plants used less frequently in certain diets and those that cross the blurred boundaries between foods, nutraceuticals and medicinal plants. For the latter, turmeric, saffron, sage, rosemary and lemon balm are examples of those discussed.

Comentarios divulgativos:

El envejecimiento y deterioro cognitivo son dos procesos fisiológicos normales que van de la mano. El deterioro cognitivo también juega un papel clave en la demencia o la enfermedad de Alzheimer. Los fármacos disponibles para la mejora y prevención del deterioro cognitivo son limitados. Hay algunos alimentos, como el vino tinto o las uvas, que se han relacionado con su mejora. Esta revisión repasa la última evidencia científica al respecto. En lo que se refiere a las propiedades del vino tinto y las uvas frente al deterioro cognitivo. Estudios epidemiológicos, que muestran asociaciones pero no necesariamente implican causalidad, indican que el consumo de vino reduce el riesgo de demencia. Un estudio que midió el riesgo de desarrollar demencia a largo plazo en 1.462 mujeres, observó que tras 34 años de seguimiento quienes tomaban vino tinto tenían una menor probabilidad de desarrollar demencia. El nivel de consumo también parece ser relevante, y consumos elevados tienen un efecto dañino.

El resveratrol es el componente del vino al que se han atribuido muchos de estos efectos beneficiosos. En el cerebro se encuentra una proteína de pequeño tamaño llamada péptido β-amiloide que en las personas sanas tiene diferentes funciones, pero en la enfermedad de Alzheimer forma placas seniles, es decir agregados de esta proteína, que podrían estar relacionados con el desarrollo de la enfermedad. El resveratrol puede impedir la formación de estos agregados y otros procesos relacionados con el deterioro cognitivo. Otra de las propiedades por las que destacan el resveratrol y otros componentes de la uva y el vino tinto, es su capacidad antiinflamatoria y para reducir el estrés oxidativo. En estudios con animales, el resveratrol impide la actividad de moléculas altamente oxidantes, que dañan regiones claves del cerebro, como el hipocampo. Otros mecanismos que puede utilizar el resveratrol para proteger la salud cognitiva son la regulación de la sirtuina 1, una proteína que, en pocas palabras, es esencial para regular el metabolismo de la célula ya que controla su expresión genética. Y por otro lado, estimulando la formación de nuevas neuronas o neurogénesis, hecho que se ha observado en estudios con ratones.

Los estudios en humanos ¿qué resultados han obtenido? Un ensayo clínico en el que participaron 80 mujeres postmenopáusicas, donde se evaluó el efecto de suplementar con dos cápsulas diarias de 75 mg de resveratrol, durante 14 semanas, encontró al finalizar el estudio mejoras en su función cognitiva y cerebrovascular. Sin embargo, otro estudio similar, pero con un menor número de participantes observó que el resveratrol mejoraba el flujo sanguíneo en el cerebro, pero no tenía efecto en la función cognitiva. Y un estudio que evaluaba el efecto de la suplementación con 200 mg de resveratrol y quercetina al día, más a largo plazo, durante medio año, sí encontraba mejoras en la memoria de los participantes.

En general, los resultados son positivos y prometedores, sin embargo, a su vez los estudios son diversos y heterogéneos, para poder obtener conclusiones más sólidas se hace necesario disponer de más resultados obtenidos a partir de estudios de calidad, bien diseñados, que nos permitan conocer con mayor detalle, en qué dosis, en qué formato, durante cuánto tiempo y qué grupos de población pueden beneficiarse de su consumo.