Estudios científicos

The History, Science, And Art Of Wine And The Case For Health Benefits: Perspecitives Of An Oenophilic Cardiovascular Pathologist

Abstract:

This article stems from the intersection of the author’s long-standing interests in science, medicine, pathology and oenology. A discussion is provided of selected aspects of the science of viticulture and wine production as well as qualities of the finished product crafted by the art of the wine maker. The case for health benefits of moderate consumption of wine and other alcoholic beverages also is discussed. Based on the “French paradox,” an analysis is presented of the evidence for the special effects of red wine consumption, particularly as part of the Mediterranean diet and lifestyle. A concluding perspective is given in support of wine as a promoter of civility and social engagement.

Comentarios divulgativos:

Esta revisión sobre el vino aborda aspectos históricos, técnicos, sobre su producción, distribución, y reglamentación, detalla su composición química y los procesos de fermentación (alcohólica y maloláctica), y termina mencionando sus efectos en la salud y su relación con la Dieta Mediterránea. Indica que hay resultados científicos que muestran que bebido con moderación tiene un efecto positivo en la salud cardiovascular, y que el etanol y los polifenoles presentes en el vino pueden aportar de manera sinérgica beneficios. Así pues, un consumo moderado de vino como parte de la dieta y estilo de vida mediterráneo supondría el patrón más saludable.

El consumo moderado de vino es uno de los elementos distintivos de la dieta mediterránea y su estilo de vida asociado. No obstante, un consumo excesivo aumenta el riesgo de enfermedades. La “Paradoja Francesa” es un término que fue acuñado en la década de los 90 para tratar de dar explicación a la diferencia en las tasas de mortalidad cardiovascular observadas entre los países nórdicos y Gran Bretaña y Francia, que se justificó por el patrón de consumo moderado de vino característico de Francia. Posteriormente, otros estudios observacionales aportaron evidencias sobre el efecto protector de un consumo moderado.

El Framingham Heart Study encontró una relación en forma de U o de J entre el riesgo de mortalidad total y el nivel de consumo, viendo un riesgo incrementado en un consumo elevado y disminuido en un consumo ligero o moderado. Estudios posteriores han matizado estos resultados, aunque con ciertas limitaciones metodológicas. Investigaciones posteriores sugirieron que un consumo moderado tenía propiedades anticoagulantes y antioxidantes. Y en el caso del vino tinto estos se han relacionado con su alto contenido en polifenoles y la sinergia de estos con el alcohol, entre los que destaca el resveratrol, presente en el vino tinto.