Estudios científicos

The Mediterranean Diet and Cardiovascular Disease: Gaps in the Evidence and Research Challenges

Abstract:

In this article, we critically evaluate the evidence relating to the effects of the Mediterranean diet (MD) on the risk of cardiovascular disease (CVD). Strong evidence indicating that the MD prevents CVD has come from prospective cohort studies. However, there is only weak supporting evidence from randomized controlled trials (RCTs) as none have compared subjects who follow an MD and those who do not. Instead, RCTs have tested the effect of 1 or 2 features of the MD. This was the case in the Prevenciόn con Dieta Mediterránea (PREDIMED) study: the major dietary change in the intervention groups was the addition of either extravirgin olive oil or nuts. Meta-analyses generally suggest that the MD causes small favorable changes in risk factors for CVD, including blood pressure, blood glucose, and waist circumference. However, the effect on blood lipids is generally weak. The MD may also decrease several biomarkers of inflammation, including C-reactive protein. The 7 key features of the MD can be divided into 2 groups. Some are clearly protective against CVD (olive oil as the main fat; high in legumes; high in fruits/vegetables/nuts; and low in meat/meat products and increased in fish). However, other features of the MD have a less clear relationship with CVD (low/moderate alcohol use, especially red wine; high in grains/cereals; and low/moderate in milk/dairy). In conclusion, the evidence indicates that the MD prevents CVD. There is a need for RCTs that test the effectiveness of the MD for preventing CVD. Key design features for such a study are proposed.

Comentarios divulgativos:

Esta revisión repasa la evidencia científica disponible sobre Dieta Mediterránea y enfermedad cardiovascular.
Según los autores, la Dieta Mediterránea es eficaz en la prevención de la enfermedad cardiovascular, pero señalan que una dieta óptima sería una Dieta Mediterránea modificada, basada en aquellos alimentos que han demostrado tener un efecto claramente protector frente a la enfermedad cardiovascular (aceite de oliva como grasa principal, legumbres, frutas, verduras, frutos secos, bajo consumo de carnes y derivados, consumo elevado de pescado), mientras que el efecto a nivel de salud cardiovascular del consumo bajo-moderado de vino tinto, elevado de cereales y bajo- moderado de lácteos, no estaría bien definido.
En relación al vino los autores exponen lo siguiente, un consumo bajo-moderado de vino, principalmente vino tinto, se relaciona en numerosos estudios epidemiológicos con un efecto protector frente enfermedades coronarias. Destaca en este sentido el caso de la "Paradoja Francesa". El vino tinto en la Dieta Mediterránea se consume habitualmente de forma moderada, junto con las comidas, y este patrón de consumo podría asociarse con un menor riesgo de enfermedad coronaria.
Los autores concluyen que existen algunos puntos de la Dieta Mediterránea necesitan ser investigados con mayor profundidad para poder conocer si realmente se asocian con un menor riesgo cardiovascular. Por lo que es necesario desarrollar nuevos ensayos clínicos aleatorizados y controlados que den respuesta estas preguntas.