Estudios científicos

Wine and Health-New Evidence

Abstract:

Health benefits of moderate wine consumption have been studied during the past decades, first in observational studies and more recently, in experimental settings and randomized controlled studies. Suggested biological pathways include antioxidant, lipid regulating, and anti-inflammatory effects. Both the alcoholic and polyphenolic components of wine are believed to contribute to these beneficial effects. Although several of these studies demonstrated protective associations between moderate drinking and cardiovascular disease, atherosclerosis, hypertension, certain types of cancer, type 2 diabetes, neurological disorders, and the metabolic syndrome, no conclusive recommendations exist regarding moderate wine consumption. Yet, it is suggested that the physician and patient should discuss alcohol use. In the CASCADE (CArdiovaSCulAr Diabetes & Ethanol) trial, 224 abstainers with type 2 diabetes were randomized to consume red wine, white wine or mineral water for two years. Here, we summarize our previous findings, offer new evidence concerning the differential effects of wine consumption among men and women, and further suggest that initiating moderate alcohol consumption among well-controlled persons with type 2 diabetes is apparently safe, in regard to changes in heart rate variability and carotid plaque formation.

Comentarios divulgativos:

A lo largo de las últimas décadas se han estudiado los efectos beneficiosos para la salud de un consumo moderado de vino. Primero a través de estudios observacionales, que no permitían conocer si los resultados tenían algún tipo de relación causa-efecto, y posteriormente a través de estudios experimentales de calidad. Estos estudios han permitido relacionar el consumo de vino con un efecto anti-inflamatorio, antioxidante y con el control de los lípidos sanguíneos, como el colesterol. Se cree que estos efectos beneficiosos están relacionados principalmente con dos componentes claves del vino: el alcohol y los denominados compuestos polifenólicos, unos compuestos químicos que podemos encontrar en los alimentos de origen vegetal y que en el caso del vino son característicos. Sin embargo, aunque un consumo de vino moderado se ha relacionado con un menor riesgo de algunas enfermedades los profesionales no han llegado a un acuerdo sobre la recomendación de un consumo moderado de vino.
En este artículo científico los autores repasan la evidencia científica existente en torno al consumo moderado de alcohol y explican los resultados de dos estudios en los que voluntarios con diabetes tipo 2 consumen vino tinto, vino blanco o agua. A continuación se resumen algunos de los temas más relevantes tratados por los autores:
El efecto de un consumo moderado de alcohol varía según el género:
Un consumo moderado de alcohol en el caso de las mujeres se establece en 1-2 bebidas al día, mientras que en el caso de los hombres es de 2-3 bebidas al día. Se ha observado que en general las mujeres metabolizan más lentamente el alcohol (etanol), por lo que aun consumiendo la misma cantidad sus niveles de en sangre son superiores.

Algunos estudios relacionan un consumo moderado de alcohol con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. Pero esta relación tiene una peculiaridad, y es que no es lineal, es decir un mayor consumo representa un menor riesgo. Sino que la relación de forma visual se representaría con lo que se denomina curva en forma de "J" (ver imagen), de manera que tanto un consumo bajo con un consumo alto se relacionaría con un mayor riesgo, pero un consumo moderado estaría relacionado con un riesgo menor. Sin embargo, la evidencia científica indica que este tipo de patrón sólo se observa en el caso de los hombres mayores de 34 años y las mujeres mayores de 54 años.

De modo que estas diferencias entre hombres y mujeres deben tenerse en cuenta a la hora de establecer recomendaciones sobre el consumo de vino.

Resultados observados:
En los estudios llevados a cabo por los autores, observaron que sólo las mujeres que consumían vino tinto mejoraban sus niveles de colesterol HDL, el comúnmente denominado colesterol bueno. En general, el consumo de vino no se relacionaba con una mayor proporción de grasa abdominal. Pero, no pudieron encontrar cambios científicamente relevantes en cuanto la presión sanguínea y la frecuencia cardiaca.