Sobre el proyecto
Qué es La Ciencia del Vino
La Ciencia del Vino es una iniciativa que surge de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) siguiendo un claro compromiso con la transparencia y veracidad de la información sobre el consumo de vino moderado y sus posibles efectos sobre la salud. Fundada en 1992, la fundación cumple una función valiosa de supervisión y validación de las informaciones en torno al vino y la salud con argumentos basados en el rigor científico.
La gran proliferación de informaciones en torno al vino y sus posibles efectos saludables, no siempre bien argumentadas, ha puesto de manifiesto la gran necesidad de contar con una fuente rigurosa, un lugar de referencia no solo para la comunidad científica, sino para la sociedad, muchas veces preocupada por la duplicidad de mensajes contradictorios en tono a la nutrición.
La Ciencia del Vino cuenta con el apoyo del sector vitivinícola, representado en la Organización Interprofesional del Vino de España, y de la comunidad científica a través del comité científico de FIVIN que está al servicio de la fundación para la validación de las diferentes investigaciones en torno al vino y sus posibles beneficios sobre la salud. Esta posición notable en la defensa del rigor científico convierte a FIVIN en una voz autorizada según la legislación.
En este sentido, esta plataforma se desarrolla en tres grandes líneas de trabajo constantes:
¿Qué hacemos?
El vino como alimento
La Organización Mundial de la Salud (OMS) constató en su informe de mayo 2018 los múltiples beneficios para la salud de la dieta mediterránea, considerada como una de las más saludables del mundo. En concreto, la OMS señaló que la dieta mediterránea está directamente asociada con una menor tasa de mortalidad, gracias a sus efectos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, enfermedades cognitivas, la diabetes tipo 2 y cáncer, entre otras.
Caracterizada por la abundancia de alimentos vegetales, el empleo de aceite de oliva como fuente principal de grasa, el consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos y huevos; el consumo de pequeñas cantidades de carnes rojas y aportes diarios de vino, consumido generalmente con las comidas, la dieta mediterránea es mucho más que una forma de comer. Diversos expertos invitan a adoptarla como modelo de vida saludable, hasta tal punto que en 2010 la UNESCO la declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad “por ser un elemento cultural que propicia la interacción social”.
El vino forma parte de la identidad mediterránea, en concreto, el vino, considerado un alimento tal y como expresa la Ley 24/2003 del 10 de junio de la viña y el vino, forma parte de este patrón alimentario y es una de las piezas claves. No obstante, el sector vitivinícola siempre ha sido consciente de su responsabilidad con la sociedad y ha abogado por un consumo moderado.
Vino y comunicación responsable
El sector del vino lleva años trabajando en una comunicación responsable que ponga de manifiesto las propiedades beneficiosas del vino, cuando éste se consume con moderación y condena firmemente el consumo abusivo de este alimento. En este sentido, el sector ha creado varias líneas de actuación para poner en relevancia la importancia de la moderación y la prevención del consumo abusivo.