¿Puede el vino ayudar a prevenir enfermedades crónicas?

9 de marzo de 2021

Una alimentación rica en polifenoles puede ser un valor añadido para la prevención de enfermedades crónicas y para la protección de la salud. En este artículo encontrarás información sobre estudios científicos que demuestran las propiedades antioxidantes y antinflamatorias de esta sustancia que se encuentran en diversos alimentos de origen vegetal, entre ellos, la uva y, por supuesto, el vino. 

Una alimentación rica en polifenoles puede ser un valor añadido para la prevención de enfermedades crónicas y para la protección de la salud. En este artículo encontrarás información sobre estudios científicos que demuestran las propiedades antioxidantes y antinflamatorias de esta sustancia que se encuentran en diversos alimentos de origen vegetal, entre ellos, la uva y, por supuesto, el vino.   

El consumo de polifenoles, a través de los alimentos que los contienen, puede ser un mecanismo potencial para la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas asociadas con la obesidad, por lo que, los polifenoles presentes en el vino contribuyen a proteger contra enfermedades cardiovasculares, ya que su capacidad antioxidante aumenta el colesterol saludable para el corazón y mantienen el sistema inmune fuerte.  

Eso sí, esta afirmación pierde validez si el consumo de vino no es moderado ni responsable si no se enmarca en una alimentación mediterránea. De igual manera, cualquier estudio sobre el vino y la salud no reemplaza el consejo médico de un profesional. Si padeces cualquier enfermedad, consulta a tu médico antes de tomar decisiones sobre el consumo de alcohol. 

 

Relación entre el consumo moderado de vino y la diabetes   

Existen varios estudios analizan la relación entre el consumo moderado de vino y la diabetes. Este es el caso de un metaanálisis liderado por el Centro para la Investigación de la Diabetes de Leibniz (Alemania)1que respalda la relación entre consumo moderado de vino y el riesgo de padecer diabetes, al haber revisado 23 metaanálisis internacionales diferentes sobre patrones alimentarios y esta enfermedad.  

Esta revisión explica que un consumo moderado de vino, en el marco de una alimentación sana y equilibrada, se asocia con una reducción del 17 % en el riesgo de diabetes de tipo 2.   

Y es que el consumo moderado de vino mejora el metabolismo de la glucosa y aumenta el colesterol beneficioso (HDL) en los pacientes diabéticos. En este aspecto, el vino es una bebida fermentada con una alta proporción de polifenoles. De hecho, las bacterias intestinales tienen un papel importante en la degradación del polifenol, modulando la biodisponibilidad y los posibles efectos en el organismo. Una de las vías de acción, es a través de la protección de la barrera intestinal y la mejora de la endotoxemia, una bacteria de reacción inflamatoria.  

En el caso de la diabetes, por ejemplo, el vino correctamente vinificado no contiene productos glucídicos asimilables por el hombre, por lo tanto, no produce alteración sobre el equilibrio metabólico de un paciente diabético. 

Otro estudio realizado por investigadores brasileños de la Medical School of Marília de la Universidad de Marília y del University Hospital ABHU de la Universidad de Marília ( São Paulo)2 demuestra que el azúcar existente en la composición del vino, en forma de glucosa y fructosa, no significa mayores niveles de glucosa en sangre o insulina debido al efecto protector de los polifenoles.   

El resveratrol – un tipo de polifenol presente en la uva – se relaciona con una menor incidencia de glucemia en ayunas y mejor tolerancia a la glucosa.  Además, muestra como el consumo moderado de vino está asociado a la mejora de la sensibilidad a la insulina, con menor nivel de colesterol LDL e incremento de la concentración de colesterol HDL y una mayor capacidad antioxidante. 

Es importante señalar que, aunque numerosos estudios demuestran los beneficios para la salud del consumo moderado de vino, la mayoría de los investigadores advierte que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud. De hecho, la recomendación general de los científicos suele ser preventiva advirtiendo que los beneficios para la salud del vino en un estudio en particular, no garantiza que los no bebedores o abstemios deban comenzar a disfrutar de una copa al día para mejorar su salud.