Un año de importantes estudios científicos sobre el vino

22 de diciembre de 2021

Que el vino puede reducir los niveles de colesterol total en mujeres en la posmenopausia o prevenir los accidentes cerebrovasculares son algunas de las conclusiones de los más recientes estudios científicos, en los que España es líder a nivel mundial. A nuestro país le corresponde el 22,7% de las investigaciones de últimos 20 años.

Son numerosas las investigaciones de reconocido prestigio que establecen relaciones causales positivas entre un consumo moderado de vino y determinados beneficios para la salud, aunque esto -advierten los investigadores- nunca será razón suficiente para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud.

El vino forma, además, parte de la dieta mediterránea como un alimento más. Junto con la abundancia de alimentos vegetales, el empleo de aceite de oliva como fuente principal de grasa, el consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos y huevos, y la ingesta de pequeñas cantidades de carnes rojas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) constató, en su informe de mayo 2018, los múltiples beneficios que esta forma de alimentación tiene para la salud. Hasta el punto de que está directamente asociada con una menor tasa de mortalidad gracias a sus efectos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, enfermedades cognitivas, diabetes tipo 2 y cáncer, entre otras.

En España, al igual que en otros países mediterráneos con la misma tradición, el consumo de vino se relaciona con aspectos sociales, en combinación con comida. En la actualidad, los consumidores se decantan por el vino como parte de un estilo de vida saludable, sostenible y de saber disfrutar de la vida, que contribuyen también positivamente a la salud.

Un análisis realizado por la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), que comprende del año 2000 al 2020, establece la cifra de 48.225 investigaciones que se han publicado sobre vino a nivel mundial. Concretamente, 3.376 (casi un 10%) se han realizado en el ámbito de la nutrición y la dietética. Y nuestro país se lleva la palma: el 22,7% (767) de las investigaciones científicas sobre el vino y la salud, en este período, pertenece a publicaciones españolas. A nivel europeo, se han alcanzado un total de 1.906 investigaciones sobre vino y salud, siendo España el país líder, seguido de Italia, Francia y Portugal. En el puesto número uno de las entidades financiadoras de los estudios en Europa están el Gobierno español (20%), seguido de la Unión Europea (13%) y el Instituto de Salud Carlos III (8%).

Entre los estudios científicos españoles que analizan la relación entre el vino y la salud, este año destacan algunos que arrojan interesantes conclusiones, como que el vino podría reducir los niveles de colesterol total en mujeres en la posmenopausia o prevenir los accidentes cerebrovasculares.

A principios de 2021, un grupo de investigadores de varias universidades como Barcelona, Madrid o Navarra, en colaboración con el departamento de Nutrición de Harvard y el Hospital de Vitoria, publicaron en la revista Nutrients los resultados de un estudio que sugiere que el consumo de vino podría tener un efecto positivo en los niveles de colesterol total y colesterol LDL de las mujeres en la posmenopausia. Por otro lado, varios departamentos de Neurología de diferentes hospitales del norte de España publicaron un estudio en la revista Cerebrovascular Diseases, cuyos resultados concluyeron que la adherencia a la dieta mediterranea se asociaba a una menor incidencia de ictus. Según la investigación, esta dieta tendría efectos neuroprotectores y reparadores, participando en la recuperacion neuronal tras la isquemia, o bien, a traves de mecanismos antiinflamatorios, antioxidantes y antiapoptoticos, que impiden la muerte celular programada. El objetivo del estudio observacional fue evaluar la asociacion entre la adherencia a la dieta mediterranea y sus componentes, entre ellos el vino tinto, y los accidentes cerebrovasculares.

LA IMPORTANCIA DE LA DIETA MEDITERRÁNEA

Fuera de nuestras fronteras, este año la investigación a nivel mundial también ha sido muy importante. Así, se ha puesto de relieve que, en el estudio de los posibles efectos saludables del vino, se debe tener en cuenta el patrón de consumo y si se adhiere a una dieta saludable como la mediterránea.

También a principios de 2021, investigadores de universidades norteamericanas tan prestigiosas como Harvard, Nueva Orleans y Boston publicaron en la revista Mayo Clinic Proceedings un estudio donde se observó que quienes bebían en las comidas vino de forma baja o moderada, pero de manera más regular, al menos tres veces por semana, tenían un menor riesgo de morir.

La Universidad de Glasgow publicó, igualmente, este año en BMC Medicine un estudio que mostraba que no solo importa cuánto alcohol se beba, sino también cómo se consume. En la investigación, quienes optaban por beber vino tinto entre tres y cuatro veces por semana, en las comidas, tenían un riesgo de morir y sufrir enfermedades cardiovasculares graves más bajo que aquellos que preferían otras bebidas o no acompañaban su consumo con comida.