Estudios científicos
Healthy lifestyle change and all-cause and cancer mortality in the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition cohort.
Abstract:
Background
Healthy lifestyles are inversely associated with the risk of noncommunicable diseases, which are leading causes of death. However, few studies have used longitudinal data to assess the impact of changing lifestyle behaviours on all-cause and cancer mortality.
Methods
Within the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC) cohort, lifestyle profiles of 308,497 cancer-free adults (71% female) aged 35–70 years at recruitment across nine countries were assessed with baseline and follow-up questionnaires administered on average of 7 years apart. A healthy lifestyle index (HLI), assessed at two time points, combined information on smoking status, alcohol intake, body mass index, and physical activity, and ranged from 0 to 16 units. A change score was calculated as the difference between HLI at baseline and follow-up. Associations between HLI change and all-cause and cancer mortality were modelled with Cox regression, and the impact of changing HLI on accelerating mortality rate was estimated by rate advancement periods (RAP, in years).
Results
After the follow-up questionnaire, participants were followed for an average of 9.9 years, with 21,696 deaths (8407 cancer deaths) documented. Compared to participants whose HLIs remained stable (within one unit), improving HLI by more than one unit was inversely associated with all-cause and cancer mortality (hazard ratio [HR]: 0.84; 95% confidence interval [CI]: 0.81, 0.88; and HR: 0.87; 95% CI: 0.82, 0.92; respectively), while worsening HLI by more than one unit was associated with an increase in mortality (all-cause mortality HR: 1.26; 95% CI: 1.20, 1.33; cancer mortality HR: 1.19; 95% CI: 1.09, 1.29). Participants who worsened HLI by more than one advanced their risk of death by 1.62 (1.44, 1.96) years, while participants who improved HLI by the same amount delayed their risk of death by 1.19 (0.65, 2.32) years, compared to those with stable HLI.
Conclusions
Making healthier lifestyle changes during adulthood was inversely associated with all-cause and cancer mortality and delayed risk of death. Conversely, making unhealthier lifestyle changes was positively associated with mortality and an accelerated risk of death.
Comentarios divulgativos:
Esta investigación analiza cómo influyen los cambios saludables en el estilo de vida a lo largo del tiempo en el riesgo de mortalidad por todas las causas y por cáncer en particular, utilizando datos de una gran cohorte de 308.497 adultos europeos de entre 35 y 70 años, a los que se realizó un seguimiento durante 1991 y 2000 (Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición [EPIC]). El estudio analizó datos sobre la exposición al tabaco, la ingesta de alcohol, la composición corporal, a través del índice de masa corporal (IMC) y la actividad física, información que se combinó en un cálculo de estilo de vida saludable, para obtener una puntuación más general sobre cómo de saludable era el estilo de vida de los participantes, al inicio del estudio y siete años después.
Los resultados mostraron que los participantes, que eran adultos, y que habían realizado cambios hacia un estilo de vida más saludable tenían un menor riesgo de mortalidad por todas las causas y por cáncer, y un riesgo de mortalidad más tardío. Y, al contrario, cambiar hacia un estilo de vida menos saludable, se asociaba con un mayor riesgo de mortalidad, más precoz.
A los 9,9 años de seguimiento de los 308.497 participantes, 21.696 habían fallecido, 8.407 de ellos por cáncer. Se observó que quienes habían mejorado a los 7 años su estilo de vida habían tenido un riesgo más bajo de mortalidad por todas las causas y por cáncer (entre un 12%-19% y entre un 8%-18% respectivamente), en comparación con no haber cambiado el estilo de vida. Y, al contrario, empeorar el estilo de vida incrementaba entre un 20%-33% el riesgo de morir por todas las causas y entre un 9%-29% de morir por cáncer.
Se estimó que haber empeorado los hábitos avanzaba el riesgo de muerte en entre 1,44-1,96 años, pero mejorarlos retrasaba el riesgo de muerte 0,65-2,32 años, en comparación con no haber cambiado los hábitos de estilo de vida.
El estudio, que también analizó la relación de cada uno de los hábitos de vida de forma individual observó que, en el caso del consumo de alcohol reducir su ingesta se asociaba con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas (un 13%-29% mayor). La asociación no fue estadísticamente significativa en el caso de la mortalidad por cáncer (HR: 1,11; IC 95% 1,00-1,23).
Los autores razonan que estos resultados podrían estar relacionados con la asociación protectora entre el consumo moderado de alcohol y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, pero también con que los participantes hayan reducido su consumo por a haber desarrollado otras enfermedades (causalidad inversa).
Se trata de un estudio observacional, de cohortes, con información sobre mortalidad general, mortalidad por cáncer y estilo de vida de 308.497 adultos (71% mujeres) de nueve países europeos (Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Noruega, España, Suecia y Reino Unido). Se calculó una puntuación de estilo de vida en función de los siguientes hábitos de estilo de vida: el tabaquismo, la ingesta de alcohol, el índice de masa corporal (IMC) y la actividad física, al inicio y a los 7 años de estudio.
Aunque este estudio analiza información de una de las cohortes internacionales más amplias que existen, una de sus limitaciones es que debido a su diseño experimental no es posible establecer conclusiones de tipo causa efecto. Por otro lado, hay cambios de estilo de vida que pueden estar relacionados, como, por ejemplo, dejar de fumar y un aumento de peso, y otros hábitos de estilo de vida que podrían influir, pero que no ha sido posible considerar en este estudio (ej. sueño, estrés).